Conoce esta breve reseña sobre Julieta Laso, una cantante ex integrante de la Orquesta Fernández Fierro que está demostrando sus grandes dotes musicales para interpretar melodías que van desde el estilo folclórico típico argentino hasta el rock; de apariencia audaz y una vida intensa; que deja huella a su paso por los diferentes escenarios en los que se presenta.

Breve reseña sobre Julieta Laso

Julieta Laso nació en la ciudad de Boedo, uno de los 48 barrios presentes en Buenos Aires, Argentina; pero fue llevada a corta edad a vivir a Villa Luro, otro de los emblemáticos barrios de la capital, cambiando su residencia a Paternal cuando llegó a su adolescencia.

Desde este momento comenzó a mostrar sus dotes artísticos, disfrazándose y adoptando diferentes looks e imitando a Tita Merello, cantando sus temas más populares.

A pesar de ser hija de una psicóloga y un economista, dio rienda suelta a sus intereses artísticos, especialmente en lo que a las canciones populares se refiere.

Le gustaba también bailar flamenco, boleros y recitar canciones en español, aunque como parte de su vida amorosa, al ser entrevistada, ha indicado que desde la primaria le gustaban las mujeres.

Tomó clases de teatro a los 17 años y presenció infinidad de obras, pero no se inclinó demasiado hacia ese tipo de talentos artísticos, especialmente por no gustarle el ambiente vivido tras los escenarios.

No obstante, decidió raparse el cabello para personificar una de las emblemáticas obras de la compañía teatral La Otra Orilla, pero lo irónico de este caso es que para participar luego en Memoria tuvo que comprar una peluca, ya que su personaje no era calvo.

En aquellos años no cantaba ni pensaba hacerlo, siendo su última presentación como actriz en la obra Popol Vuh, la que no le vino nada mal pues tuvo que cantar y dentro del repertorio incluso interpretó tangos a dúo.

En este orden de ideas cabe destacar que Nahuel Ruscio tuvo gran mérito en la carrera artísticas de Julieta Laso, pues fue quien la llevó a probar el mundo de los cantantes y además se trataba de un representante muy exigente, quien la llevaba a ensayar mucho antes de tocar o interpretar cualquier melodía.

Poco a poco se impuso en la carrera de cantante, tras presentarse en milongas donde era escuchada por diferentes músicos e incluso en una ocasión Julián Peralta la felicitó e incentivó a seguir por este camino, pues lo hacía muy bien.

Julieta Laso ha indicado como parte de algunas entrevistas que la primera vez que tocó en Brandon sintió una sensación intensa, algo que le indicaba que había encontrado su lugar en el mundo.

En pocos años se ha convertido en una de las voces más llamativas de la música rioplatense y ha lanzado su tercer disco bautizado bajo el título de Cabeza Negra, con un acompañamiento original a cargo de bandoneones y un repertorio elegido de forma meticulosa y artesanal.

Laso mantiene una convivencia de pareja con Lucrecia Martel, luego de desincorporarse de la Fernández Fierro y está demostrando su innegable calidad como solista.

Además, combina su tiempo magistralmente para seguir representando papeles como actriz en teatro y cine; no obstante, es preciso añadir que en los dos últimos años no interpreta tangos sino música rioplatense.

La cantante y actriz vive en un hermoso paraje identificado como La Calderilla, a unos 12 kilómetros de la ciudad de Salta, donde trata de pasar el mayor tiempo posible, pero considera que es buen momento quizá trasladarse hasta las ciudades grandes, especialmente en tiempos en que se ha superado la pandemia.

Si bien desde niña soñó con actuar, interpretar ritmos musicales y cantar, también dio libertad a su estilo de persona varonera, alborotadora y con muchas amigas en su entorno; enfrentando día a día nuevos desafíos como filmar un cortometraje con el director Martin Mainoli, además de otros proyectos.

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